"Rara vez sus diminutos zapatos tocaban suelo, pero hasta los pájaros necesitan posarse a descansar. Sentada en las escaleritas, tocando.
La melodía de su flauta acariciaba la brisa, al sollozar callejuela a bajo, danzando con regueros de hojas secas y charcos. Y a cada nota se balanceaban dulcemente los pinares de edificios, intentando abrazarse. Y algún gato pardo y curioso la observaba resguardado de las gotitas, que aún lloraban los tejados.
Menguaba el tono al taparse la luna de plata y verde, regalando un blues a la sólida oscuridad.
Se perdía en ella. Dejando divagar deseos al vuelo, y al volver de éstos, crecía su son suavemente, los recovecos ciegos, de luz se ahogaban y el retornelo despertaba el cúmulo estelar. Sonreía entonces con complicidad melancólica.
Y tocaba de nuevo, ahora sin pensar."
Esta ilustración ha surgido de mi primer contacto con la Wacom y del inspirador texto de Álex:
http://xoulmuseum.blogspot.com/¡Muchas gracias por compartirlo conmigo!